Los grandes conjuntos monásticos son una de las señas de identidad de nuestra Ruta, dotando al territorio de un silencio, respeto y espíritu que te transportan a una época en la que el vino era una parte muy importante de la vida cotidiana.

En este caso, el Convento de San Blas se encuentra en la preciosa villa de Lerma en la provincia de Burgos. Este edificio fue edificado por el Duque de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas en el año 1612. Desde entonces, la comunidad ha vivido, orado y trabajado en este convento.

Actualmente, está habitado por una comunidad de monjas dominicas contemplativas; son 15 monjas, con edades comprendidas entre los 91 y 30 años, cuyo centro de su día es la alabanza al Señor: el tronco de su jornada está marcado por la Liturgia de las Horas, que se van intercalando con los ratos de estudio, de compartir, y de trabajo (cerámica, trabajos en barro, serigrafía, porcelana…).

Estas monjas de clausura, más conocidas por las «Monjas del WhatsApp» se han hecho famosas entre una red de casi 1.000 contactos directos, a los que habría que sumar la capacidad multiplicadora de la red, que cada día transmiten una breve historia bajo el lema «Vive de Cristo», a través de su vida ordinaria, partiendo de experiencias que les ocurren o pequeñas cosas que observan, transmiten la presencia de Dios en su vida y no son nada elevadas, sino muy sencillas. Cada mañana entre las 7:30 y las 8:00 llegan a nuestros móviles con su «Reto del Amor» contagiando su corazón rebosante de gozo y alegría.

El monasterio cuenta con dos tiendas; «Cerámicas San Blas», en la que podemos encontrar piezas de cerámica de elaboración artesana que son hechas con torno de alfarero, y su otra propuesta «Vive de Cristo», ofreciendo regalos para niños y mayores, libros, pack de comunión…; todo diseñado y elaborado desde el amor.